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sábado, 23 de abril de 2011
¿Qué es el Sábado Santo?
El Sábado Santo es el nombre dado al día entre el Viernes Santo y el Domingo de Pascua. Algunos cristianos reconocen este día como el séptimo día de la Semana Santa, el día en que Jesús "descansó" de su obra de proveer la salvación para el mundo. El Sábado Santo es el día en que Jesús permaneció en la tumba donde había sido enterrado después de Su crucifixión (Mateo 27,59-60; Marcos 15:46, Lucas 23:53-54, Juan 19:39-42). Si una iglesia celebra el Sábado Santo, es tradicionalmente realizado por la observación de un día de reflexión sombría, contemplando el mundo de oscuridad que existiría sin la esperanza de la resurrección de Cristo.
La única referencia bíblica a lo que sucedió el sábado entre la muerte y resurrección de Jesús se encuentra en Mateo 27:62-66. Después de la puesta del sol del sábado, al final del día de reposo - los sumos sacerdotes y fariseos fueron a Poncio Pilato y le pidieron que un guardia se colocara en la tumba de Jesús para evitar que sus discípulos sacaran y llevaran el cuerpo. Se acordaban de que Jesús dijo que resucitaría en tres días (Juan 2:19-21) y querían hacer todo lo posible para evitarlo. Sabemos de los siguientes relatos que los guardias romanos eran insuficientes para impedir la resurrección y los que regresaron a la tumba la mañana del domingo la encontraron vacía. El Señor había resucitado.
viernes, 22 de abril de 2011
¿Qué es el Viernes Santo?
El Viernes Santo es el viernes justo antes del domingo de Pascua. Se celebra tradicionalmente como el día en que fue crucificado Jesús. Si usted está interesado en un estudio de este asunto, por favor, consulte nuestro artículo que trata las diversas opiniones respecto al día en que fue crucificado Jesús. Suponiendo que Jesús fue crucificado y murió el día viernes, ¿los cristianos deben recordar la muerte de Jesús con la celebración del Viernes Santo?
La Biblia no da instrucciones a los cristianos a recordar la muerte de Cristo, honrándolo en un día determinado. La Biblia nos da libertad en estas cuestiones, sin embargo. Romanos 14:5 nos dice: "Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.” En vez de recordar la muerte de Cristo en un día determinado, una vez al año, la Biblia nos enseña a recordar la muerte de Cristo mediante la observancia de la Cena del Señor. Primera a los Corintios 11:24-26 declara, "... haced esto en memoria de mí ... todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.”
¿Por qué se refiere al Viernes Santo como "santo"? Lo que las autoridades judías y los romanos le hicieron a Jesús definitivamente no era santo (ver Mateo: capítulos 26-27). Sin embargo, ¡los resultados de la muerte de Cristo son muy buenos! Romanos 5:8 "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." Primera de Pedro 3:18 nos dice: " Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu".
Muchas iglesias cristianas celebran el Viernes Santo con un servicio solemne, generalmente por la noche, en el que la muerte de Cristo se recuerda con himnos solemnes, oraciones de acción de gracias, un mensaje centrado en el sufrimiento de Cristo por nosotros, y la observancia de la Cena del Señor. Sea o no que los Cristianos optan por "celebrar" el Viernes Santo, los acontecimientos de ese día deben ser siempre en nuestras mentes, porque la muerte de Cristo en la cruz es el acontecimiento fundamental de la fe cristiana.
¿Fue Jesús crucificado en viernes?
La Biblia no hace una declaración específica en cuanto al día de la semana en que Jesús fue crucificado. Las dos más extendidas opiniones son que en viernes y miércoles. Algunos, sin embargo, usando una síntesis de ambos argumentos, el viernes y miércoles, aceptan el jueves como el día más probable.
Jesús dijo en Mateo 12:40 “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Aquellos que opinan que la crucifixión fue en viernes, dicen que existe una manera válida en la cual pudo haberse considerado que ÉL permaneció en la tumba por tres días. En la mentalidad judía del primer siglo, parte de un día era considerado como un día completo. Puesto que Jesús estuvo en la tumba parte del viernes, todo el sábado y parte del domingo, pudieron haber considerado que efectivamente Él estuvo ahí por tres días. Uno de los principales argumentos sobre el viernes se encuentra en Marcos 15:42 donde dice que Jesús fue crucificado “la víspera del día de reposo” (el día anterior al Sabbath o sábado) Si ese era el Sabbath semanal, entonces el hecho nos lleva a la crucifixión el viernes. Otro argumento para el viernes dice que los versos tales como Mateo 16:21 y Lucas 9:22 enseñan que Jesús resucitaría en el tercer día, por lo que ÉL no necesitaría estar en la tumba los tres días y noches completos. Pero mientras algunos traductores usan “en el tercer día” para estos versos, no todos lo hacen, y no todos están de acuerdo que esa sea la mejor manera de traducirlos. Es más, Marcos 8:31 dice que Jesús resucitaría “después” de tres días.
El argumento sobre el jueves se impone sobre la opinión del viernes, y simplemente exponen que hubieron demasiados eventos (algunos cuentan hasta veinte) sucediendo entre la sepultura de Cristo y la mañana del domingo, para que ocurriera del viernes en la tarde al domingo por la mañana. Ellos señalan que este es específicamente un problema, cuando el único día completo entre el viernes y el domingo fue el sábado, el Sabbath judío. Un día extra o dos eliminan ese problema. Los que abogan por el jueves razonan: Supongamos que no has visto a un amigo desde el lunes al anochecer. La siguiente vez que lo ves es el jueves por la mañana y dices, “no te he visto en tres días” , aunque técnicamente solo han pasado 60 horas (2.5 días). Si Jesús fue crucificado en jueves, este ejemplo muestra como pueden ser considerados los tres días.
Los que opinan sobre el miércoles dicen que hubo dos Sabbaths esa semana. Después del primero (el que ocurrió al anochecer de la crucifixión, Marcos 15:42; Lucas 23:52-54) las mujeres compraron las especias. Nótese que las mujeres lo hacen después del sábado (Marcos 16:1). Los que se inclinan a favor del miércoles sostienen que ese “Sabbath” era la Pascua (ver Levíticos 16:29-31; 23:24-32, 39 donde los grandes días sagrados no eran necesariamente uno de los siete días de la semana referido como el Sabbath) El segundo Sabbath de esa semana era un sábado normal. Nótese que en Lucas 23:56, las mujeres que habían comprado las especias después del primer Sabbath, regresaron y prepararon las especias y entonces “descansaron el día de reposo conforme al mandamiento”. El argumento establece que ellas no pudieron haber comprado las especias después del Sabbath, y al mismo tiempo preparar las especias antes del Sabbath, a menos que hubieran dos Sabbaths. Con el punto de vista de los dos Sabbaths, si Cristo fue crucificado en jueves, entonces el gran y sagrado Sabbath (la Pascua) habría comenzado el jueves al nochecer y terminaría el viernes al anochecer, al inicio del Sabbath o sábado semanal. El comprar las especias después del primer Sabbath (Pascua) hubiera significado que ellas las compraron en sábado, quebrantando así la ley.
Por lo tanto, esta opinión declara que, la única explicación que no viola el relato de las mujeres y las especias y se ajusta a la comprensión literal de Mateo 12:40, es que Cristo fue crucificado en miércoles. El Sabbath que fue día santo (Pascua) ocurrió en jueves, las mujeres compraron especias (después de esto) el viernes y regresaron y prepararon las especias ese mismo día, descansando el sábado que era el día de la semana, entonces trajeron las especias a la tumba el domingo muy temprano. ÉL fue sepultado cerca del anochecer del miércoles, que iniciaba el jueves en el calendario judío. Utilizando un calendario judío, tenemos: el anochecer del jueves (noche uno), día del jueves (día uno), anochecer del viernes (noche dos), día del viernes (día dos), anochecer del sábado (noche tres), día del sábado (día tres). No sabemos exactamente cuándo Él resucitó, pero sí sabemos que fue al amanecer del domingo (Juan 20:1, “...María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.” ) así que Jesús pudo haber resucitado justo después del anochecer del sábado por la noche, el cual iniciaba el primer día de la semana para los judíos.
Un posible problema con la opinión sobre el miércoles, es que los discípulos que caminaron con Jesús yendo a Emaús, lo hicieron “el mismo día” de Su resurrección (Lucas 24:13). Los discípulos, quienes no reconocieron a Jesús, le contaron sobre la crucifixión (24:20) y dijeron que “... hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido” (24:21). De miércoles a sábado hay cuatro días. Una posible explicación es que ellos pudieron haber contado el sepelio de Cristo desde el anochecer del miércoles, que iniciaba el jueves judío, y pudieron haber contado como tres días de jueves a domingo.
En el gran esquema de las cosas, no es tan importante saber qué día de la semana fue crucificado Jesucristo. Si fuera tan importante, la Palabra de Dios nos lo hubiera comunicado claramente. Lo que es importante es que Él murió, y que Él, físicamente en su cuerpo mortal, resucitó de entre los muertos. Y también lo que es igualmente importante es la razón por la que Él murió; -- para librarnos del castigo que merecemos todos los pecadores. Juan 3:16 y 3:36 proclaman ambos que creyendo, o poniendo tu confianza en Él ¡resulta para vida eterna!
Jesús dijo en Mateo 12:40 “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Aquellos que opinan que la crucifixión fue en viernes, dicen que existe una manera válida en la cual pudo haberse considerado que ÉL permaneció en la tumba por tres días. En la mentalidad judía del primer siglo, parte de un día era considerado como un día completo. Puesto que Jesús estuvo en la tumba parte del viernes, todo el sábado y parte del domingo, pudieron haber considerado que efectivamente Él estuvo ahí por tres días. Uno de los principales argumentos sobre el viernes se encuentra en Marcos 15:42 donde dice que Jesús fue crucificado “la víspera del día de reposo” (el día anterior al Sabbath o sábado) Si ese era el Sabbath semanal, entonces el hecho nos lleva a la crucifixión el viernes. Otro argumento para el viernes dice que los versos tales como Mateo 16:21 y Lucas 9:22 enseñan que Jesús resucitaría en el tercer día, por lo que ÉL no necesitaría estar en la tumba los tres días y noches completos. Pero mientras algunos traductores usan “en el tercer día” para estos versos, no todos lo hacen, y no todos están de acuerdo que esa sea la mejor manera de traducirlos. Es más, Marcos 8:31 dice que Jesús resucitaría “después” de tres días.
El argumento sobre el jueves se impone sobre la opinión del viernes, y simplemente exponen que hubieron demasiados eventos (algunos cuentan hasta veinte) sucediendo entre la sepultura de Cristo y la mañana del domingo, para que ocurriera del viernes en la tarde al domingo por la mañana. Ellos señalan que este es específicamente un problema, cuando el único día completo entre el viernes y el domingo fue el sábado, el Sabbath judío. Un día extra o dos eliminan ese problema. Los que abogan por el jueves razonan: Supongamos que no has visto a un amigo desde el lunes al anochecer. La siguiente vez que lo ves es el jueves por la mañana y dices, “no te he visto en tres días” , aunque técnicamente solo han pasado 60 horas (2.5 días). Si Jesús fue crucificado en jueves, este ejemplo muestra como pueden ser considerados los tres días.
Los que opinan sobre el miércoles dicen que hubo dos Sabbaths esa semana. Después del primero (el que ocurrió al anochecer de la crucifixión, Marcos 15:42; Lucas 23:52-54) las mujeres compraron las especias. Nótese que las mujeres lo hacen después del sábado (Marcos 16:1). Los que se inclinan a favor del miércoles sostienen que ese “Sabbath” era la Pascua (ver Levíticos 16:29-31; 23:24-32, 39 donde los grandes días sagrados no eran necesariamente uno de los siete días de la semana referido como el Sabbath) El segundo Sabbath de esa semana era un sábado normal. Nótese que en Lucas 23:56, las mujeres que habían comprado las especias después del primer Sabbath, regresaron y prepararon las especias y entonces “descansaron el día de reposo conforme al mandamiento”. El argumento establece que ellas no pudieron haber comprado las especias después del Sabbath, y al mismo tiempo preparar las especias antes del Sabbath, a menos que hubieran dos Sabbaths. Con el punto de vista de los dos Sabbaths, si Cristo fue crucificado en jueves, entonces el gran y sagrado Sabbath (la Pascua) habría comenzado el jueves al nochecer y terminaría el viernes al anochecer, al inicio del Sabbath o sábado semanal. El comprar las especias después del primer Sabbath (Pascua) hubiera significado que ellas las compraron en sábado, quebrantando así la ley.
Por lo tanto, esta opinión declara que, la única explicación que no viola el relato de las mujeres y las especias y se ajusta a la comprensión literal de Mateo 12:40, es que Cristo fue crucificado en miércoles. El Sabbath que fue día santo (Pascua) ocurrió en jueves, las mujeres compraron especias (después de esto) el viernes y regresaron y prepararon las especias ese mismo día, descansando el sábado que era el día de la semana, entonces trajeron las especias a la tumba el domingo muy temprano. ÉL fue sepultado cerca del anochecer del miércoles, que iniciaba el jueves en el calendario judío. Utilizando un calendario judío, tenemos: el anochecer del jueves (noche uno), día del jueves (día uno), anochecer del viernes (noche dos), día del viernes (día dos), anochecer del sábado (noche tres), día del sábado (día tres). No sabemos exactamente cuándo Él resucitó, pero sí sabemos que fue al amanecer del domingo (Juan 20:1, “...María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.” ) así que Jesús pudo haber resucitado justo después del anochecer del sábado por la noche, el cual iniciaba el primer día de la semana para los judíos.
Un posible problema con la opinión sobre el miércoles, es que los discípulos que caminaron con Jesús yendo a Emaús, lo hicieron “el mismo día” de Su resurrección (Lucas 24:13). Los discípulos, quienes no reconocieron a Jesús, le contaron sobre la crucifixión (24:20) y dijeron que “... hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido” (24:21). De miércoles a sábado hay cuatro días. Una posible explicación es que ellos pudieron haber contado el sepelio de Cristo desde el anochecer del miércoles, que iniciaba el jueves judío, y pudieron haber contado como tres días de jueves a domingo.
En el gran esquema de las cosas, no es tan importante saber qué día de la semana fue crucificado Jesucristo. Si fuera tan importante, la Palabra de Dios nos lo hubiera comunicado claramente. Lo que es importante es que Él murió, y que Él, físicamente en su cuerpo mortal, resucitó de entre los muertos. Y también lo que es igualmente importante es la razón por la que Él murió; -- para librarnos del castigo que merecemos todos los pecadores. Juan 3:16 y 3:36 proclaman ambos que creyendo, o poniendo tu confianza en Él ¡resulta para vida eterna!
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¿Jesús fue al Infierno entre Su muerte y resurrección?
¿Fue el alma de Jesús al Infierno durante el tiempo intermedio entre Su muerte y resurrección? Hay una gran confusión respecto a esta pregunta. Este concepto viene primeramente del Credo de los Apóstoles, el cual declara, “Él descendió a los Infiernos.” Hay también algunas Escrituras en las que, dependiendo como estén traducidas, describen a Jesús yendo al “Infierno”. Al estudiar este punto, es importante comprender primeramente lo que la Biblia enseña acerca del “lugar” de la muerte.
En las Escrituras hebreas, la palabra usada para describir el lugar de la muerte es “Sheol”, y simplemente significa “lugar de los muertos” o el “lugar de partida de las almas / espíritus”. La palabra utilizada en el Nuevo Testamento Griego para Infierno es “Hades”, que también se refiere al “lugar de los muertos”. Otras Escrituras en el Nuevo Testamento indican que tanto el Seol como el Hades, son un lugar temporal, donde las almas son guardadas en espera de la resurrección y el juicio final. Apocalipsis 20:11-15 nos da una clara distinción sobre estos dos. Infierno (el lago de fuego) es el lugar final y permanente del juicio para los perdidos. Así que no, Jesús no fue al “Infierno” porque “Infierno” es un lugar futuro que entrará en funciones después del juicio del Gran Trono Blanco. (Apocalipsis 20:11-15)
Seol / Hades es un lugar con dos divisiones (Mateo 11:23; 16:18; Lucas 10:15; 16:23; Hechos 2:27-31), la morada de los salvos y los perdidos. La morada de los salvos era llamada “Paraíso” y “El seno de Abraham”. Las moradas de los salvos y los perdidos estaba separada por “una gran sima” (Lucas 16:26). Cuando Jesús ascendió al Cielo, Él se llevó a los ocupantes (creyentes) del Paraíso con Él (Efesios 4:8-10). El lado de los perdidos en el Seol / Hades, ha permanecido sin cambio. Todos los muertos no creyentes, van ahí para aguardar el futuro juicio final. ¿Fue Jesús al Seol / Hades? Si, de acuerdo con Efesios 4:8-10 y 1 Pedro 3:18-20.
Parte de la confusión proviene de pasajes tales como el Salmo 16:10-11, “Porque no dejarás mii alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida...” La traducción correcta en este verso no es “Infierno” como está en algunas traducciones. Así tenemos que lo correcto es leer “Seol” o “la tumba” Jesús le dijo años más tarde al ladrón que estaba junto a Él en la cruz, “Hoy mismo estarás Conmigo en el Paraíso” Su cuerpo estaba en la tumba; Su alma / espíritu fue al “Paraíso”, lugar del Seol / Hades. Entonces Él sacó del Paraíso a todos los muertos justos, y se los llevó con Él al Cielo. Desafortunadamente, en muchas traducciones de la Biblia, los traductores no son consistentes, o no traducen correctamente el significado de las palabras hebreas y griegas para “Seol”, “Hades”, e “Infierno.”
Algunos opinan que Jesús fue al “Infierno” o sea, al lugar de sufrimiento del Seol / Hades, para ser después castigado por nuestros pecados. ¡Esta idea es completamente antibíblica! Fue suficiente la muerte de Jesús en la cruz y Su sufrimiento en nuestro lugar, lo que proveyó nuestra redención. Fue el derramamiento de Su sangre lo que justificó nuestra limpieza del pecado. (1 Juan 1:7-9). Mientras ÉL colgaba de esa cruz, Él puso sobre Sí mismo la carga del pecado de toda la raza humana “Por nosotros lo hizo pecado”, 2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.” Esta imputación del pecado nos ayuda a comprender la lucha de Cristo en el huerto de Getsemaní con la copa del pecado que sería vertida sobre Él en la cruz.
En las Escrituras hebreas, la palabra usada para describir el lugar de la muerte es “Sheol”, y simplemente significa “lugar de los muertos” o el “lugar de partida de las almas / espíritus”. La palabra utilizada en el Nuevo Testamento Griego para Infierno es “Hades”, que también se refiere al “lugar de los muertos”. Otras Escrituras en el Nuevo Testamento indican que tanto el Seol como el Hades, son un lugar temporal, donde las almas son guardadas en espera de la resurrección y el juicio final. Apocalipsis 20:11-15 nos da una clara distinción sobre estos dos. Infierno (el lago de fuego) es el lugar final y permanente del juicio para los perdidos. Así que no, Jesús no fue al “Infierno” porque “Infierno” es un lugar futuro que entrará en funciones después del juicio del Gran Trono Blanco. (Apocalipsis 20:11-15)
Seol / Hades es un lugar con dos divisiones (Mateo 11:23; 16:18; Lucas 10:15; 16:23; Hechos 2:27-31), la morada de los salvos y los perdidos. La morada de los salvos era llamada “Paraíso” y “El seno de Abraham”. Las moradas de los salvos y los perdidos estaba separada por “una gran sima” (Lucas 16:26). Cuando Jesús ascendió al Cielo, Él se llevó a los ocupantes (creyentes) del Paraíso con Él (Efesios 4:8-10). El lado de los perdidos en el Seol / Hades, ha permanecido sin cambio. Todos los muertos no creyentes, van ahí para aguardar el futuro juicio final. ¿Fue Jesús al Seol / Hades? Si, de acuerdo con Efesios 4:8-10 y 1 Pedro 3:18-20.
Parte de la confusión proviene de pasajes tales como el Salmo 16:10-11, “Porque no dejarás mii alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida...” La traducción correcta en este verso no es “Infierno” como está en algunas traducciones. Así tenemos que lo correcto es leer “Seol” o “la tumba” Jesús le dijo años más tarde al ladrón que estaba junto a Él en la cruz, “Hoy mismo estarás Conmigo en el Paraíso” Su cuerpo estaba en la tumba; Su alma / espíritu fue al “Paraíso”, lugar del Seol / Hades. Entonces Él sacó del Paraíso a todos los muertos justos, y se los llevó con Él al Cielo. Desafortunadamente, en muchas traducciones de la Biblia, los traductores no son consistentes, o no traducen correctamente el significado de las palabras hebreas y griegas para “Seol”, “Hades”, e “Infierno.”
Algunos opinan que Jesús fue al “Infierno” o sea, al lugar de sufrimiento del Seol / Hades, para ser después castigado por nuestros pecados. ¡Esta idea es completamente antibíblica! Fue suficiente la muerte de Jesús en la cruz y Su sufrimiento en nuestro lugar, lo que proveyó nuestra redención. Fue el derramamiento de Su sangre lo que justificó nuestra limpieza del pecado. (1 Juan 1:7-9). Mientras ÉL colgaba de esa cruz, Él puso sobre Sí mismo la carga del pecado de toda la raza humana “Por nosotros lo hizo pecado”, 2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.” Esta imputación del pecado nos ayuda a comprender la lucha de Cristo en el huerto de Getsemaní con la copa del pecado que sería vertida sobre Él en la cruz.
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jueves, 21 de abril de 2011
¿Qué es el Jueves Santo?
El Jueves Santo (en ingles, el Jueves Maundy) es el jueves de la Semana de la Pasión, un día antes del Viernes Santo (el jueves antes del Domingo de Pascua). El Jueves Santo es el nombre dado a la fecha en que Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, conocido como la Última Cena. Dos eventos importantes son el foco del Jueves Santo.
En primer lugar, Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos y, por tanto, instituyó la Cena del Señor, también llamada la Comunión (Lucas 22:19-20). Algunas iglesias cristianas observan una celebración especial de la Cena del Señor el Jueves Santo en recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En segundo lugar, Jesús lavó los pies de los discípulos como un acto de humildad y servicio, estableciendo así un ejemplo que debemos amar y servir el uno al otro mutuamente en la humildad (Juan 13:3-17). Algunas iglesias cristianas observan una ceremonia del lavado de los pies el Jueves Santo para conmemorar a Jesús lavando los pies de los discípulos.
La palabra inglesa "Maundy" se deriva de la palabra latina para "mandato." El “Maundy” en el Jueves Santo se refiere al mandato que dio Jesús a sus discípulos en la Última Cena, que deben amar y servir el uno al otro. ¿Debemos observar el Jueves Santo? La Biblia no lo ordena ni lo excluye. Es una buena cosa recordar la Última Cena y el sacrificio de Jesús en nuestro favor. Es una buena cosa recordar el ejemplo de la humildad del Señor. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos evitar las observancias rituales de días festivos a menos que estén realmente enfocados en Dios y nuestra relación con él.
En primer lugar, Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos y, por tanto, instituyó la Cena del Señor, también llamada la Comunión (Lucas 22:19-20). Algunas iglesias cristianas observan una celebración especial de la Cena del Señor el Jueves Santo en recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En segundo lugar, Jesús lavó los pies de los discípulos como un acto de humildad y servicio, estableciendo así un ejemplo que debemos amar y servir el uno al otro mutuamente en la humildad (Juan 13:3-17). Algunas iglesias cristianas observan una ceremonia del lavado de los pies el Jueves Santo para conmemorar a Jesús lavando los pies de los discípulos.
La palabra inglesa "Maundy" se deriva de la palabra latina para "mandato." El “Maundy” en el Jueves Santo se refiere al mandato que dio Jesús a sus discípulos en la Última Cena, que deben amar y servir el uno al otro. ¿Debemos observar el Jueves Santo? La Biblia no lo ordena ni lo excluye. Es una buena cosa recordar la Última Cena y el sacrificio de Jesús en nuestro favor. Es una buena cosa recordar el ejemplo de la humildad del Señor. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos evitar las observancias rituales de días festivos a menos que estén realmente enfocados en Dios y nuestra relación con él.
viernes, 15 de abril de 2011
¿Qué es la Semana de la Pasión / la Semana Santa?
La Semana de la Pasión (también conocida como la Semana Santa) es el tiempo desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua (el Domingo de Resurrección). La Semana de la Pasión se llama así debido a la pasión con la que Jesús voluntariamente fue a la cruz para pagar por los pecados de su pueblo. La Semana de la Pasión se describe en los capítulos 21-27 de Mateo, los capítulos 11-15 de Marcos, los capítulos 19-23 de Lucas, y los capítulos 12-19 Juan. La Semana Santa comienza con la entrada triunfal del Domingo de Ramos cabalgando sobre un asno como fue profetizado en Zacarías 9:9.
La Semana de la Pasión incluye varios eventos memorables. Jesús purificó el templo por segunda vez (Lucas 19:45-46), y disputó con los fariseos en cuanto a Su autoridad. Luego, Jesús entregó su Discurso de los Olivos sobre los últimos tiempos y enseñó muchas cosas, incluyendo las señales de Su segunda venida. Jesús comió la Última Cena con sus discípulos en el aposento alto (Lucas 22:7-38), y luego se fue al huerto de Getsemaní para orar mientras esperaba la llegada de Su Hora. Fue aquí que Jesús, después de haber sido traicionado por Judas, fue arrestado y sometido a varios juicios farsas ante los principales sacerdotes, Poncio Pilato, y Herodes (Lucas 22:54-23:25).
Tras de los juicios, Jesús fue azotado a manos de los soldados romanos, y luego, se vio obligado a llevar su propio instrumento de ejecución (la Cruz) a través de las calles de Jerusalén a lo largo de lo que se conoce como la Vía Dolorosa (el camino de los dolores). Jesús fue crucificado en el Gólgota el día antes del día de reposo, fue sepultado y permaneció en la tumba hasta el domingo, el día después del día de reposo, y luego resucitó gloriosamente.
Es conocida como la Semana de la Pasión (Semana Santa) porque en ese tiempo, Jesucristo verdaderamente reveló Su pasión por nosotros en lo que sufrió voluntariamente en nuestro lugar. ¿Cuál debe ser nuestra actitud durante la Semana Santa? ¡Debemos ser apasionados de nuestra adoración de Jesús y en nuestra proclamación de su Evangelio!
La Semana de la Pasión incluye varios eventos memorables. Jesús purificó el templo por segunda vez (Lucas 19:45-46), y disputó con los fariseos en cuanto a Su autoridad. Luego, Jesús entregó su Discurso de los Olivos sobre los últimos tiempos y enseñó muchas cosas, incluyendo las señales de Su segunda venida. Jesús comió la Última Cena con sus discípulos en el aposento alto (Lucas 22:7-38), y luego se fue al huerto de Getsemaní para orar mientras esperaba la llegada de Su Hora. Fue aquí que Jesús, después de haber sido traicionado por Judas, fue arrestado y sometido a varios juicios farsas ante los principales sacerdotes, Poncio Pilato, y Herodes (Lucas 22:54-23:25).
Tras de los juicios, Jesús fue azotado a manos de los soldados romanos, y luego, se vio obligado a llevar su propio instrumento de ejecución (la Cruz) a través de las calles de Jerusalén a lo largo de lo que se conoce como la Vía Dolorosa (el camino de los dolores). Jesús fue crucificado en el Gólgota el día antes del día de reposo, fue sepultado y permaneció en la tumba hasta el domingo, el día después del día de reposo, y luego resucitó gloriosamente.
Es conocida como la Semana de la Pasión (Semana Santa) porque en ese tiempo, Jesucristo verdaderamente reveló Su pasión por nosotros en lo que sufrió voluntariamente en nuestro lugar. ¿Cuál debe ser nuestra actitud durante la Semana Santa? ¡Debemos ser apasionados de nuestra adoración de Jesús y en nuestra proclamación de su Evangelio!
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martes, 5 de abril de 2011
¿Cuál es el significado de la Cuaresma?
La Cuaresma es un período de ayuno y arrepentimiento, tradicionalmente observado por los católicos y algunas denominaciones protestantes en la preparación para la Pascua. La longitud del ayuno cuaresmal se estableció en el siglo 4 hasta 40 días. Durante este tiempo, los participantes comen con moderación o simplemente renuncian a un determinado alimento o hábito. El Miércoles de Ceniza y la Cuaresma se iniciaron como una manera para que los católicos se acordaran de arrepentirse de sus pecados en una forma similar a cómo las personas en el Antiguo Testamento se arrepintieron en cilicio, cenizas, y ayuno (Ester 4:1-3; Jeremías 6:26; Daniel 9:3; Mateo 11:21).
Sin embargo, a lo largo de los siglos se ha desarrollado mucho más su valor "sacramental". Muchos católicos entienden el renunciar a algo para la Cuaresma como una forma de ganar la bendición de Dios. La Biblia no enseña que tales actos tienen ningún mérito con Dios en términos de la salvación (Isaías 64:6). De hecho, el Nuevo Testamento nos enseña que nuestros actos de ayuno y arrepentimiento se deben hacer de una manera que no llama la atención a nosotros mismos: "Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público."(Mateo 6:16-18).
El ayuno es una buena cosa cuando se hace con una perspectiva bíblica. Es bueno y agradable a Dios cuando renunciamos hábitos y prácticas pecaminosos. No hay absolutamente nada de malo en dejar de lado un tiempo en que nos centramos en la muerte y resurrección de Jesús. Sin embargo, estas prácticas son las cosas que deberíamos hacer todos los días del año, no sólo los 40 días desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Pascua. Si un cristiano desea observar la Cuaresma, somos libres para hacerlo. La clave está en enfocar el tiempo en arrepentirnos de nuestros pecados y consagrarnos a Dios, no en tratar de ganarnos el favor de Dios o aumentar su amor por nosotros.
Sin embargo, a lo largo de los siglos se ha desarrollado mucho más su valor "sacramental". Muchos católicos entienden el renunciar a algo para la Cuaresma como una forma de ganar la bendición de Dios. La Biblia no enseña que tales actos tienen ningún mérito con Dios en términos de la salvación (Isaías 64:6). De hecho, el Nuevo Testamento nos enseña que nuestros actos de ayuno y arrepentimiento se deben hacer de una manera que no llama la atención a nosotros mismos: "Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público."(Mateo 6:16-18).
El ayuno es una buena cosa cuando se hace con una perspectiva bíblica. Es bueno y agradable a Dios cuando renunciamos hábitos y prácticas pecaminosos. No hay absolutamente nada de malo en dejar de lado un tiempo en que nos centramos en la muerte y resurrección de Jesús. Sin embargo, estas prácticas son las cosas que deberíamos hacer todos los días del año, no sólo los 40 días desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Pascua. Si un cristiano desea observar la Cuaresma, somos libres para hacerlo. La clave está en enfocar el tiempo en arrepentirnos de nuestros pecados y consagrarnos a Dios, no en tratar de ganarnos el favor de Dios o aumentar su amor por nosotros.
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¿Qué es el Domingo de Pascua?
Hay una gran confusión de qué se trata el Domingo de Pascua. Para algunos, el Domingo de Pascua tiene que ver con el Conejito de Pascua, los decorados coloridos huevos de Pascua, y las búsquedas de los huevos de Pascua. La mayoría de la gente entiende que el Domingo de Pascua tiene algo que ver con la resurrección de Jesús, pero están confundidos sobre la forma en que la resurrección se relaciona con los huevos de Pascua y el Conejito de Pascua.
Bíblicamente hablando, no hay absolutamente ninguna conexión entre la resurrección de Jesucristo y las tradiciones comunes modernas relacionadas con el Domingo de Pascua. Esencialmente, lo que ocurrió es que a fin de que el cristianismo sea más atractivo para los no cristianos, la antigua Iglesia Católica mezcló la celebración de la resurrección de Jesús con las celebraciones rituales de fertilidad de la primavera. Estos rituales de primavera de fecundidad son la fuente de las tradiciones de los huevos y el Conejito.
La Biblia deja en claro que Jesús fue resucitado el primer día de la semana, el domingo (Mateo 28:1; Marcos 16:2,9; Lucas 24:1; Juan 20:1,19). La resurrección de Jesús es más digno de ser celebrado (véase 1 Corintios 15). Si bien es apropiado celebrar la resurrección de Jesús en un domingo, el día en que se celebra la resurrección de Jesús no debería ser llamado la Pascua. La Pascua no tiene nada que ver con la resurrección de Jesús en un domingo.
Como resultado, muchos cristianos creen firmemente que el día en que celebramos la resurrección de Jesús no debe ser denominado “Domingo de Pascua". Más bien, algo así como 'Domingo de Resurrección' sería mucho más apropiado y bíblico. Para el cristiano, es impensable que permitiéramos que la tontería de los huevos de Pascua y el Conejito de Pascua sean el enfoque del día, en lugar de la resurrección de Jesús.
De todos modos, celebre la resurrección de Cristo en el Domingo de Pascua. La resurrección de Cristo es algo que se debe celebrar todos los días, no sólo una vez al año. Al mismo tiempo, si elegimos celebrar el Domingo de Pascua, no debemos permitir que la diversión y los juegos distraigan nuestra atención de lo que el día debe ser de verdad sobre todo - el hecho de que Jesús resucitó de entre los muertos, y que Su resurrección demuestra que sí, podemos tener la promesa de un hogar eterno en el cielo recibiendo a Jesús como nuestro Salvador.
Bíblicamente hablando, no hay absolutamente ninguna conexión entre la resurrección de Jesucristo y las tradiciones comunes modernas relacionadas con el Domingo de Pascua. Esencialmente, lo que ocurrió es que a fin de que el cristianismo sea más atractivo para los no cristianos, la antigua Iglesia Católica mezcló la celebración de la resurrección de Jesús con las celebraciones rituales de fertilidad de la primavera. Estos rituales de primavera de fecundidad son la fuente de las tradiciones de los huevos y el Conejito.
La Biblia deja en claro que Jesús fue resucitado el primer día de la semana, el domingo (Mateo 28:1; Marcos 16:2,9; Lucas 24:1; Juan 20:1,19). La resurrección de Jesús es más digno de ser celebrado (véase 1 Corintios 15). Si bien es apropiado celebrar la resurrección de Jesús en un domingo, el día en que se celebra la resurrección de Jesús no debería ser llamado la Pascua. La Pascua no tiene nada que ver con la resurrección de Jesús en un domingo.
Como resultado, muchos cristianos creen firmemente que el día en que celebramos la resurrección de Jesús no debe ser denominado “Domingo de Pascua". Más bien, algo así como 'Domingo de Resurrección' sería mucho más apropiado y bíblico. Para el cristiano, es impensable que permitiéramos que la tontería de los huevos de Pascua y el Conejito de Pascua sean el enfoque del día, en lugar de la resurrección de Jesús.
De todos modos, celebre la resurrección de Cristo en el Domingo de Pascua. La resurrección de Cristo es algo que se debe celebrar todos los días, no sólo una vez al año. Al mismo tiempo, si elegimos celebrar el Domingo de Pascua, no debemos permitir que la diversión y los juegos distraigan nuestra atención de lo que el día debe ser de verdad sobre todo - el hecho de que Jesús resucitó de entre los muertos, y que Su resurrección demuestra que sí, podemos tener la promesa de un hogar eterno en el cielo recibiendo a Jesús como nuestro Salvador.
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